lunes, agosto 04, 2008

TOM ZÉ
(1998) - Defeito de Fabricação
Brasil
Género: Rock & Pop, Tropicalismo



01.: Gene
02.: Curiosidade
03.: Politicar
04.: Emerê
05.: O Olho Do Lago
06.: Esteticar
07.: Dancar
08.: ONU, Arma Mortal
09.: Juventude Javali
10.: Cedotardar
11.: Tangolomango
12.: Valsar
13.: Burrice

14.: Xiquexique

Tom Zé: guitarra acústica, bochexaxado, efectos de sonido y voz
LuandaMarco Prado: guitarra de 10 cuerdas, , bongos
Michael Sauri: guitarras
Jarbas Mariz: guitarra de 12 cuerdas, mandolina, percusión y voz


El "genio loco" que fascinó a David Byrne es un músico brasileño bastante inclasificable, con un estilo musical que raya con la esquizofrenia.

Su música siempre ha tenido un fuerte elemento de collage con múltiples capas de sonido.

Tom Zé es un deconstructor de melodías, con una característica única: su buen humor. Niño travieso (a pesar de sus 70 años), que disfruta romper convencionalismos. Habla, canta, rapea, susurra, teatraliza, vomita su pensamiento, se detiene, vuelve atrás, cuenta otro cuento, siempre diferente. Zé es un torbellino y si uno se descuida puede quedar girando sobre sí mismo.

Como un niño, mantiene su asombro vivo y atento y termina burlándose de todo. De Bush, de los norteamericanos, satiriza a los medios (en sus funciones hace una canción que requiere que tenga un diario dentro de la boca), del rock, ironiza sobre la globalización, el capitalismo y hasta del tropicalismo, esa etiqueta generacional a la que no se quiso incorporar, para mantener su posición de experimentador cabeza dura.

Juega con su personaje de loco irreparable, se burla de sí mismo y hasta ruega, implora y canta un jingle para que compren sus discos a la salida.

Zé parece no comprender absolutamente nada acerca de límites y reglas. Los rompe sin enterarse, hasta que convierte su performance en un show de demencia y movilización que no corresponde a esta década de pragmatismo artístico.

Su música tiene las cualidades melódicas y rítmicas de la mejor música pop, pero complementada con esa rareza que nos recuerda a Frank Zappa, pero además tiene el ánimo festivo que generó el movimiento de Tropicalia en primer lugar. Hay partes con arreglos que parecen salidos de alguna ópera rock, pero mezclado con guitarras, bajos y teclados, que vienen del bossa nova. Y por todos lados hay sorpresa.

Como si un duendecillo le hubiera estado martillando a uno la cabeza para despertarlo en un mundo mágico. Con esa sensación se queda luego de enfrentarse a la música de Tom Zé.

>>>descargar<<<